Como
se señaló con anterioridad, el consumo temprano de drogas aumenta las
posibilidades de que una persona desarrolle una adicción. Recuerde, las
drogas modifican el cerebro y esto puede llevar a la adicción y causar
otros problemas graves. Por lo tanto, la prevención del consumo temprano
de drogas o alcohol puede marcar una gran diferencia en la reducción de
estos riesgos. Si podemos evitar que los jóvenes experimenten con
drogas, podemos prevenir la droga dicción.👽
El
riesgo del abuso de drogas aumenta en gran medida tiempos de
transición. Para un adulto, un divorcio o la pérdida de un trabajo
pueden llevar al abuso de drogas. Para un adolescente, los periodos de
riesgo incluyen mudarse o cambiar de escuela.12 En
la adolescencia temprana, cuando los niños pasan de la primaria a la
escuela media, se enfrentan a situaciones sociales y académicas nuevas y
desafiantes. A menudo, durante este período, los niños están expuestos a
sustancias que se prestan al abuso (como los cigarrillos y el alcohol)
por primera vez. Cuando entran a la escuela secundaria, los adolescentes
pueden enfrentarse a una mayor disponibilidad de drogas, al consumo de
drogas por parte de adolescentes mayores o a actividades sociales donde
el consumo es común.
.Al
mismo tiempo, muchos comportamientos que conforman un aspecto normal de
su desarrollo, como el deseo de probar cosas nuevas o correr mayores
riesgos, pueden aumentar las tendencias de los adolescentes a
experimentar con drogas. Algunos adolescentes pueden ceder ante la
insistencia de amigos que consumen drogas para compartir la experiencia
con ellos. Otros pueden pensar que consumir drogas (como los esteroides)
mejora su apariencia o rendimiento atlético o que si abusan de
sustancias que se prestan al abuso, como el alcohol o la MDMA (éxtasis o
“Molly”), disminuirá su ansiedad en situaciones sociales. Cada vez más
adolescentes abusan de estimulantes recetados para el TDAH (Trastorno
por Déficit de Atención con Hiperactividad) como el Adderall® para
estudiar o perder peso. Las habilidades aún en desarrollo de los
adolescentes para ejercer el buen criterio y tomar decisiones pueden
limitar su capacidad para evaluar con precisión los riesgos de todas
estas formas de consumo de drogas.
Cada
joven tiene un entorno interpersonal y social que es único y comprende a
sus padres, hermanos, compañeros y otros adultos importantes para su
vida y desarrollo. En el contexto familiar se pueden dar circunstancias y
ciertos factores que favorezcan el acercamiento de los jóvenes al
consumo de drogas. El joven está continuamente expuesto a modelos que presentan una conducta adictiva. El consumo por los padres y profesores de drogas legales: tabaco, alcohol y fármacos es motivo de observación por
los hijos o alumnos; por imitación se adopta la tendencia a consumir
drogas, aprendiéndose a que éstas son consideradas una solución siempre
que surge algún tipo de problema. Los intereses y las expectativas de
los compañeros contribuyen en gran medida a determinar que una persona ensaye o no una droga causante
de dependencia. La mayoría de jóvenes consumidores de drogas, las
obtienen de personas de su edad y no de adultos. El deseo de integrarse
en el grupo y de tener intercambio social dentro de él puede dar por
resultado que se inicie y se mantenga el uso de drogas si algunos
miembros influyentes de ese grupo son consumidores intermitentes o
habituales.
Son muchas las investigaciones que han llegado a establecer una relación clara entre consumo de droga en adolescentes y
bajo rendimiento académico, alto grado de absentismo, abandono escolar,
bajos índices de actividades extraescolares y escasas aspiraciones
educativas. Una escuela que
no responda a las necesidades educativas de sus alumnos está
contribuyendo en cierta forma al consumo de drogas, al no ofrecer a
éstos recursos para
afrontar los problemas de la sociedad actual, entre los que las drogas
ocupan uno de los principales lugares. La escuela genera muchas veces
trabas al desarrollo personal y social del joven, sin poner a disposición de la misma oportunidad para la resolución de sus problemas. La rigidez de las estructuras escolares
y su no adecuación a las necesidades individuales causan en los
adolescentes con problemas el rechazo de la escuela y de sus contenidos.
Dado el contexto de competitividad en
que se enmarca la escuela, el joven vive el fracaso en ella como la
primera experiencia de fracaso social; ésta genera en él un proceso de ruptura y distanciamiento con el mundo de los adultos.
Factores ambientales globales
Asistimos
a una creciente medicalización de los problemas humanos. La medicación,
"la pastilla", constituye la solución mágica de todo tipo de problemas.
Se genera así un hábito farmacológico con uso abusivo del medicamento.
Los niños están
acostumbrados a observar cómo sus padres acuden al fármaco como
solución a cualquier desajuste personal; siendo sencillo generalizar el
culto del fármaco al uso de las drogas. El drogodependiente es siempre
víctima de una situación social determinada. Los seres humanos a través
de su comportamiento buscan la adaptación a su medio. En la adolescencia se
facilita la conducta de probar. Es en la adolescencia, durante el
proceso de socialización y cuando el control de la conducta de los
sujetos deja gradualmente de estar en manos de los padres para ir
adquiriendo un cierto grado de autocontrol, el momento genérico de
máximo riesgo. Así pues, prevenir la drogodependencia supone incidir de
forma directa sobre los fenómenos de toda índole (personales,
influencias micro sociales o interpersonales e influencias ambientales
globales) que facilitan, en ciertos sujetos, el desarrollo de pautas
disfuncionales de consumo de sustancias psicoactivas.
4. Drogas ante la sociedad
La drogadicción es un grave problema social. El adolescente, su familia, amistades y la comunidad donde se desarrolla este son los principales perjudicados por esta actividad.
El
que cerca de 200 mil drogadictos mueran al año en el mundo indica el
preocupante aumento en el número de personas que ingieren drogas
ocasionalmente o que ya son adictos y que están fuertemente influidas o
relacionadas con el aumento de la violencia social y la comisión de delitos.
Existen
muchos ejemplos para hacer evidente el peligro social que representan
las drogas, y que permiten afirmar con absoluta certeza que, por un lado
la sociedad esta jugando un papel protagónico en la influencia sobre
los adolescentes, y por el otro que es la misma sociedad quien con su
apatía discrimina, corroe y humilla a los adolescentes que necesitan de
su apoyo y limitan en sus capacidades para desarrollarse íntegramente.
En las teorías de la ecología social, que interpretan la ciudad como un marco ecológico en el que la lucha por el espacio acarrea conflictos sociales
y un cierto nivel de desorganización social, el consumo de drogas se
inserta en aquellas zonas urbanas donde la desorganización social es
predominante y tiene la característica de una conducta aprendida. Robert
Merton (1938/1965), a partir de su clásica definición de la anomia,
genera un cambio sustancial
en la consideración de la desviación. En su planteo, la conducta
desviada es la respuesta "normal" a ciertas presiones sociales y no como
aparecía en épocas anteriores, debida a la irrupción de impulsos
biológicos o de instintos mal reprimidos por socialización deficiente.
Para ello señala dos elementos constitutivos fundamentales: a) la estructura cultural; b) la estructura social.
En
la estructura cultural pueden distinguirse las metas o aspiraciones,
socialmente institucionalizadas, que respetan un ordenamiento basado en
prioridades; y los medios, que establecen las formas legítimas para conseguir las metas. Sintetizando su pensamiento, Merton explica que "mi hipótesis central
es que la conducta anómala puede considerase desde el punto de vista
sociológico como síntoma de disociación entre las aspiraciones
culturalmente prescritas y los caminos socialmente estructurales para
llegar a dichas aspiraciones".
El consumo de drogas sería para la teoría mertoniana,
ejemplo típico de las teorías de alcance medio, por una parte una
respuesta normal a determinadas presiones sociales y por la otra, una
respuesta de tipo adaptativa frente a metas-éxito culturalmente
definidas y medios institucionales insuficientes para alcanzarlos. Esta
conducta tendría entonces la característica, sea por renuncia o por
retraimiento, ante las presiones y exigencias sociales.
por ARIANA SALINAS
por ARIANA SALINAS
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